La ansiedad es un mecanismo de supervivencia que tenemos todos los seres humanos que se desencadena ante un peligro (real o potencial).
La ansiedad no es algo malo ni raro, sino que se trata de una reacción natural de nuestro organismo, un sistema de supervivencia gracias al que la especie humana, y también otras especies, han podido adaptarse a su entorno y hacer frente a las amenazas externas durante miles de años.
La ansiedad conlleva una serie de cambios en el funcionamiento habitual del organismo. Dependiendo del caso, la ansiedad se puede experimentar de formas diferentes. Algunas de las sensaciones más comunes son:
- Aspectos físicos: aumento del ritmo cardíaco, cambios en el patrón respiratorio, tensión muscular, temblor, calor, sudor, sensación de opresión en el pecho, dificultad para tragar o respirar, mareo, molestias intestinales, nauseas
- Aspectos emocionales: inseguridad, miedo, angustia, indefensión, sensación de "amenaza".
- Aspectos cognitivos: preocupación, pensamientos recurrentes de tipo catastrofista o anticipatorio, dificultades de concentración, dificultad para pensar de la forma habitual, sensación de "bloqueo".
La ansiedad no es algo extraño y todos la hemos experimentado en mayor o menor medida en distintos momentos a lo largo de nuestra vida.
Sin embargo, por distintos motivos, existe un porcentaje de casos en que la ansiedad se da de manera continuada y el problema se mantiene en el tiempo, derivando en un trastorno de ansiedad.
¿Qué es un trastorno de ansiedad?
El término "trastorno de ansiedad" es un término general que se refiere a distintos tipos de trastornos caracterizados por una ansiedad o miedo patológicos o crónicos, que interfieren con las actividades cotidianas.
Los manuales diagnósticos actuales distinguen entre diferentes trastornos de ansiedad:
- Trastorno de angustia: se presentan crisis de angustia o ansiedad de forma inesperada y repetitiva.
- Agorafobia: las crisis de ansiedad se presentan ante lugares o situaciones de los que resultaría difícil escapar u obtener ayuda en caso de sufrir una crisis de ansiedad.
- Fobia social: aparece un temor acusado y persistente ante situaciones sociales en que la persona teme ser evaluada negativamente o actuar de forma humillante o embarazosa.
- Fobia específica: la ansiedad aparece ante la presencia o anticipación de un objeto o situación específico (ej, determinados animales, sangre, alturas, miedo a volar, etc)
- Trastorno obsesivo compulsivo (TOC): aparecen obsesiones (pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes que causan malestar y ansiedad) y compulsiones (comportamientos u operaciones mentales de carácter repetitivo que la persona se siente obligada a llevar a cabo en un intento de controlar las obsesiones o la ansiedad que éstas producen). Puedes leer más acerca del TOC en el siguiente enlace
- Trastorno de estrés postraumático: se experimentan pensamientos recurrentes, recuerdos intrusivos o sueños acerca de un suceso traumático experimentado ante los que la persona experimenta una intensa ansiedad, reviviendo el suceso que los desencadenó.
- Ansiedad generalizada: preocupación constante y excesiva acerca de distintos acontecimientos, con sensación de inquietud, problemas de concentración, irritabilidad o alteraciones del sueño.
Como comentábamos antes, esta clasificación de los trastornos de ansiedad se basa en los criterios establecidos por los manuales diagnósticos actuales, sin embargo en la práctica nos encontramos con una realidad compleja que no siempre encaja con los criterios y etiquetas diagnósticas al uso, por lo que es necesario evaluar en detalle cada caso particular para realizar una intervención adaptada a las necesidades y características particulares de cada caso.
¿Cuándo acudir al psicólogo?
Si la ansiedad supone un problema en tu día a día, si interfiere en tus relaciones con otras personas, en tu trabajo, en tus objetivos o actividades cotidianas, si te causa un gran malestar, si sientes que la ansiedad supone una limitación en tu vida, una terapia psicológica puede ayudarte.
* Este artículo es meramente informativo y en ningún caso sustituye a la evaluación ni el asesoramiento profesional