Muchas personas se dan atracones de comida alguna vez. Cuando el atracón ocurre continuamente y se pierde el control sobre la ingesta, comenzamos a hablar de un posible Trastorno de la alimentación.
Un estudio elaborado recientemente por Eduardo Fonseca-Pedrero –profesor del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de la Rioja- junto a Susana Sierra-Baigrie, Serafín Lemos y Mercedes Paino -de la Universidad de Oviedo-, ha puesto de manifiesto que las conductas de atracones son frecuentes en adolescentes no clínicos y se relacionan con dificultades a la hora de manejar estrategias de afrontamiento positivas frente a situaciones de estrés, mostrando un patrón evitativo.
El estudio aparece publicado en European Eating Disorders Review (Revista británica que publica artículos relevantes en el campo de los trastornos de la alimentación) y su objetivo es determinar la tasa de atracones y examinar las relaciones entre los atracones y las estrategias de afrontamiento en adolescentes no clínicos, con el fin de comprender cuáles pueden ser los factores asociados en el desarrollo de conductas alimenticias poco saludables en jóvenes que no han desarrollado un trastorno de la alimentación, y así poder prevenir su posible aparición.
Los resultados revelan que el 6,94 por cien de los adolescentes manifiesta haberse dado un atracón en los últimos 6 meses, y el 2,22 por cien lo hace a menudo.
Este estudio se llevó a cabo con una muestra de 1.984 adolescentes españoles de entre 12 y 18 años pertenecientes a 10 Institutos de Secundaria del Principado de Asturias, a los que se aplicaron varios tests y escalas de medida (tanto de la conducta alimentaria como de sus estrategias de afrontamiento -término relacionado con el estrés, entendido como las estrategias para hacer frente a las demandas internas y ambientales, y los conflictos entre ellas que exceden los recursos de la persona-).
Los resultados revelan que el 6,94 por cien de los adolescentes manifiesta haberse dado un atracón en los últimos 6 meses, y el 2,22 por cien lo hace a menudo.
En relación con los hábitos alimenticios, el 11,85 por cien presenta patrones de conducta alimenticia poco saludables y el 4,75 por cien un posible trastorno de alimentación.
En cuanto al sexo, no hay diferencias estadísticamente significativas.
Por lo que se refiere a las estrategias de afrontamiento los resultados muestran que hay una relación entre evitación, afrontamiento positivo y atracones: así, los adolescentes que dijeron haber tenido atracones puntuaban alto en las dimensiones de introversión y afrontamiento evitativo, a diferencia de los que no, que utilizaban un estilo de afrontamiento positivo, centrado en el problema.
A pesar de que el estudio posee varias limitaciones (como por ejemplo, el no poder extraer relaciones causa-efecto dada su naturaleza correlacional), los resultados muestran que el afrontamiento es una variable a tener en cuenta a la hora de diseñar un programa efectivo de prevención de patologías alimenticias en adolescentes
Ayudar a los adolescentes a manejar el estrés, ofreciéndoles estrategias de afrontamiento positivo (como la confrontación y la búsqueda de soluciones y de apoyo social), es importante a la hora de prevenir malos patrones de alimentación ya que, según datos de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia, el 5 por cien de los jóvenes españoles de entre 12 y 18 años sufren algún tipo de trastorno alimentario, y el 11 por cien en la misma franja de edad, se encuentra en riesgo de padecer alguno; y en los datos de 2010 del Instituto de Nutrición y Trastornos Alimentarios de la Comunidad de Madrid, señalan que el 11 por cien de la población de jóvenes de entre 15 y 18 años escolarizados en la Comunidad de Madrid padece un trastorno de la conducta alimentaria.
Fuente: infocop